martes, 8 de noviembre de 2011

mentiras, silencios y más mentiras

Da igual lo que dicen, o lo que no dicen. Porque son mentira, tanto sus palabras, como sus silencios. Y a mi me da igual, o no, no lo tengo muy claro. El caso es que intento estar al día, este es el país en el que vivo, me digo, mejor saber lo que se cuece...
Pero tampoco es cierto, sólo sabemos lo que quieren que sepamos...
Por otra parte digo ¿para qué? Da igual. Está todo preparado para que mi voto no cambie nada. Y aún así votaré, por los que no tienen voz. Pero la receta está hecha, y el resultado es igual de insípido. 
Y llegará el día 21 de noviembre. Y todo será igual que el 20. Peor, porque será lunes. 
Y continuaremos con el trabajo, con nuestro individualismo, intentando que no nos quiten lo poco... lo único que hayamos podido conseguir en nuestras cortas o largas vidas... 
Y la rueda girará igual, y el que quiera saltar que salte, pero todo está perfectamente encajado para que siga funcionando. 
Somos sustituibles, ese es nuestro problema. No para los nuestros, eso está claro. Y para mí, los míos tampoco se cambian ni se venden por nadie. Eso no cambiará nunca, gracias al diablo. 
Hablo para las 'altas esferas', signifique lo que signifique eso. Somos piezas que pueden sustituir por otras en cuanto empecemos a chirriar. Piezas que podemos hablar, manifestarnos, tirarnos de los pelos ante la falta de justicia social. Pero da igual, porque no nos oyen. Somos como un hilo musical, que está de fondo, mientras hacen sus vidas. 
Hoy, leer los periódicos me ha cabreado de una forma que me cuesta explicar, pues nos hablan de dos, que para mí no son opciones. Son precisamente lo contrario: falta de opciones.
Y me cabrea. Y hoy ya no quiero saber nada más del mundo. 
Por hoy vale ya.