José Saramago
Echa a andar sin rumbo, como empiezan los mejores viajes.
Ve día a día, viendo que pasa. Cómo se van dando las cosas. No te precipites a los acontecimientos, a lo que vas a sentir.
No temas lo que está por llegar. Llegará igualmente.
Con miedo, por supuesto, esa es la (des)gracia. Que el miedo nos clava en el sitio. A ti y a los que estamos contigo.
El miedo a lo que te vas a encontrar, porque este viaje era del todo inesperado.
Desde hace días me lo pregunto: ¿por qué tu? ¿por qué tu? ¿por qué tu?
Pero hay preguntas que aunque no tengan respuesta, no podemos dejar de hacérnoslas.
¿Por qué te ha tocado a ti? Supongo que por eso de “justicia divina” no existe o si existe es una gilipollez.
Y si creyera en la suerte diría que hay muchos hijoputas con suerte a los que no les toca la china que te ha tocado a ti.
Da igual por qué a ti, aunque te lo preguntas a diario. El caso es que te ha tocado, y ya solo toca ir para delante.
(Y pienso y digo y escribo mierda, porque por más que lo intente no puedo saber lo que sientes, ni ponerme en tu lugar, y siento cosas que no sientes tú y profano tu corazón porque quiero saber lo que hay en él)
Camina. En el camino vamos nosotros. No detrás, sino a tu lado.
Echa a andar sin rumbo, como empiezan los mejores viajes. Este no será un buen viaje, pero tendrá un buen destino. Estoy segura.
Y al final del viaje, lo celebramos con una matanza. Yo me apunto.
¿Dónde hay que firmar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario