Señales que me hacen decir cosas que no pienso, pero que hacen menos daño que las que pienso. Porque al mentir me digo que lo importante no es la verdad, sino no meter el dedo en la llaga, y hundir a quien está cerca de tocar fondo.
No. Sonrisa y apoyo. Tú puedes. Aunque no tengas idea, ni yo tampoco, de cómo vas a salir del lío al que la vida y una serie de decisiones que en su día parecían lo mejor y ahora han resultado ser devastadoras, te han llevado a ti y a tus hijos.
Pero no importa. Buscaré la manera de que puedas. De que puedas sola.
Porque no creo en los casos perdidos. Sino no podría trabajar en esto. El día que deje de creer en las personas, en su capacidad de redención y enmienda, me retiraré. Volveré a repartir colchones. A servir mesas. Pero ya no seré una buena Educadora Social. Sólo tendré un título que lo dice, pero será mentira.
Pero por el momento me queda, pese a todo, la fé en las personas. Porque caigamos en el pozo que caigamos, siempre hay una forma de salir. Confía en mí.
He visto casos parecidos al tuyo. Y siempre ha habido una forma de hacerlo. Vamos a encontrarla.
Mala epoca para volver a repartir colchones.
ResponderEliminarMejor sigue creyendo en las personas.
Un saludo
Mala época para todo, excepto para CREER, que es una de las pocas cosas que quedan gratis en este mundo.
ResponderEliminarGracias por comentar.