miércoles, 25 de agosto de 2010

reventar o no reventar, esa es la cuestión

"Durante mis años formativos en el colchón, me entregué a profundas cavilaciones sobre el problema del insomnio. Al comprender que pronto no quedarían ovejas que contar para todos, intento el experimento de contar porciones de oveja en lugar del animal entero."
Groucho Marx

En ocasiones me canso de tener paciencia. A veces me duele demasiado morderme la lengua. Otras veces callo por no herir, y la que sale herida con el silencio soy yo.
Dejo pasar momentos de réplica, porque no tiene caso. Punto muerto. 
A veces veo y callo. Me preocupo pero sonrío. No estoy de acuerdo pero asiento. 

Muchas veces doy la razón aunque crea que no la tienen. Sólo porque hay personas que no se callan hasta que se la das. Y a mí la verdad me da igual convencer a la gente de lo que pienso, si yo ya estoy convencida. 
Sí, es una máxima mía que llevo casi un año repitiéndome: a veces la verdad es relativa, pero otras veces verdad sólo hay una, y es la mia.

Hay días en los que explotaría. Otros en los que prefiero no decir nada. Quedármelo dentro, aunque un sabio llamado Shrek ha hecho popular eso de que mejor fuera que dentro. Yo prefiero guardar para otro mejor momento, cuando haya madurado la idea, el cabreo, la incomprensión... para intentar hablar tras la reflexión.
También hay otros días en los que no me entiendo ni yo, entonces no puedo pedir a nadie más que lo haga.

Hay otros momentos en que tengo las ideas muy claras, pero no consigo hacerme entender. Pero da igual, yo sigo empeñada, porque la vida está para hacer cosas, no para explicarlas antes de hacerlas y contarlas después de hechas.

A veces me gustaría que la gente de alrededor no intente complicarme tanto la vida, si yo no recuerdo haberme metido con nadie. Que no hablen sin saber, sin conocer. Ni hacerse pajas mentales conmigo, con lo que hago o dejo de hacer. Que cada uno en su casa, Dios en la de todos. Que cada perrico lama su pijico. Y que no vean fantasmas donde no los hay. Que la vida no es complicada, nos la complicamos.

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