lunes, 12 de abril de 2010

conversaciones en bucle

'tenemos trabajos que odiamos para comprar cosas que no necesitamos' Trainspotting

El trabajo me ha vuelto un animal diurno. Antes no lo era, ni mucho menos. Mi cama era mi refugio, mi lugar preferido por las mañanas. Y por las noches trasnochar por un buen libro, o por Berto y Buenafuente.
Ahora, teniéndome que levantar todos los días a las 6.30, he perdonado todos mis anteriores vicios sanos, cambiándolos por un sueño que necesito para poder ser persona en el trabajo.
Hay trabajos que te permiten ir hecho un zombie, que rindes 'igual'. Pero en mi caso si no tengo las neuronas despiertas no puedo enfrentar un día a día lleno de diálogos sobre la suerte, la muerte, las ganas de tirar por la borda su vida (y volver con su expareja) con un suicidio en el que no te mueres, sino que sigues sufriendo. Responder preguntas de ¿por qué yo? ¿Por qué a mí? ¿Por qué soy tan desgraciada?, o conversaciones en bucle con mujeres que perdieron la autoestima en un lugar lejano al que no pueden retornar, y repetirles siempre lo mismo: que ellas pueden, pueden solas. Y buscar cómo pueden hacerlo.
Mi trabajo es hablar y hablar y al cabo de los meses ver un pasito adelante, y al poco uno atrás, y después por fin verlas echar a correr, algunas incluso volar...
Mi trabajo me encanta. Por algo así puedo perdonar horas de sueño.

2 comentarios:

  1. Estoy deseando hacer las prácticas porque espero llegar a poder hacer algo tan bueno como tú. (;

    Nuria.

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  2. Yo no digo que mi trabajo sea mejor ni peor que otros, sólo digo que a mi me encanta, y eso es suficiente.
    Un beso Nuria

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