Que gusto da poder rascarse donde a uno le pica.
Intentar abrirme la herida y darme cuenta de que ha cicatrizado...
Intentar mirar atrás y no poder hacerlo, por no poder dejar de mirar lo que me rodea ahora.
Que gusto da poder reírme de todo. Como si nunca hubiese llorado por ese todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario