lunes, 24 de mayo de 2010

palabras que se pudren

Lágrimas que se secan tras su trinchera, por no poder salir.
Palabras que se pudren, por no tener estómago para decirlas.

Silencios llenos de palabras vacías.
No hablaremos de eso.
Fingiremos que no existe.
No me preguntes cómo estoy, porque la respuesta será siempre la misma mentira: estoy bien.

Me he dibujado una mueca en la cara que si no te fijas mucho, podría parecer una sonrisa sincera.
Lleno los días de conversaciones intranscendentes que incluso me hacen parecer una persona sociable.
Pero en la barriga tengo un tristeza que pronto no podré ocultar.

He tapado las malas noticias con una indiferencia irreal.
Con un no pasa nada, no puede ser.
Seguro que te equivocas, esto no puede pasarme a mí.
Doy la espalda a lo que me pone triste, la cara a recuerdos que son solo recuerdos.

Pero las malas noticias me abofetean de nuevo, hasta hacerme despertar.
La mueca se me cae, no se puede mentir siempre.

Hay días en los que es difícil ser optimista.

1 comentario:

  1. Odio las palabras que se pudren por no tener estómago para escupirlas, porque después, -o antes-, salpican a todo lo que tienes alrededor.
    Gerardo C. Saura

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