'y cuando bajan de la luna, con el sueño del revés y un futuro sin mañana...'
Joaquin Sabina, Lágrimas de plástico azul
Cuando nos volvemos a ver, es como si el tiempo no hubiera pasado. Nos vemos cada muchos meses, cuando por fin conseguimos cuadrar cuatro agendas, cada una de una punta de Murcia, una de Alicante. Tardamos días en decidir que día nos viene por fin bien a las cuatro. Y cuando quedamos, retrocedemos en el tiempo, viéndonos con la perspectiva que dan los años.
Volvemos a ser cuatro universitarias con más sueños que años, con más inseguridades que certezas, con más ganas de cambiar el mundo que el mundo tiene de hacerlo. Rememoramos profesores capullos, asignaturas inútiles, esas tardes en la cafetería con esas 'bolsacas' de gusanitos (que siempre acababámos comiendo en clase).
Recordamos los buenos ratos. Las comidas en el Centro Social. La graduación, (y como salimos pitando del acto de graduación a comprar unos vaqueros y una camiseta para sentirnos más nosotras durante la cena, menos 'disfrazadas'. Hacer una bola los vestidos para guardarlos en una bolsa de plástico. Y aparecer en la cena por la que pagamos lo que no valía, vestidas de diario, y las demás de peluquería). Como si la universidad fuese solo eso: buenos ratos.
Parecemos haber olvidado las colas en la copistería, las horas de estudio en la biblioteca, las horas que dedicamos a ciertos trabajos y proyectos grupales. No recordamos aquel mal rato en el examen oral de fulanico. Ni que los ordenadores nunca funcionaban bien.
Cuando pasa el tiempo, recuerdas lo bueno. Y la carrera ya no la recuerdas tan difícil. Te parece normal haber pasado horas y horas estudiando, cuando ahora no serías capaz de sentarte ni una hora seguida.
Cuando quedo con ellas, es como si el tiempo no hubiera pasado. Tres años después, cada cual con nuestro trabajo, con nuestra vida, mantenemos un vínculo de haber pasado muchas horas juntas (demasiadas en la cafetería).
Qué pasará con el tiempo, no lo sé. Pero de momento disfruto cada café con ellas como si aún me preparase para fin de carrera.
Y es que, la vida ha dado muchas vueltas. Y las que tiene que dar.
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