Las gafas, qué gran invento. Te permiten verlo todo y si quieres, no ver nada; o verlo todo de colores, todo depende del cristal. Pero tienen un gran problema, el de la perspectiva. Ese problema solo lo puede solucionar el tiempo. Esa palabra que empieza y que se acaba, que rima con vida y con muerte. Todo depende de la suerte, -que también rima-.
Las gafas, qué gran invento. Te permiten verlo todo y si quieres, no ver nada; o verlo todo de colores, todo depende del cristal. Pero tienen un gran problema, el de la perspectiva. Ese problema solo lo puede solucionar el tiempo. Esa palabra que empieza y que se acaba, que rima con vida y con muerte. Todo depende de la suerte, -que también rima-.
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