jueves, 18 de febrero de 2010

Independencia

Nos encontramos en la generación de los “neo”. De los “neo-hippies”, “neo-pijos”, “neo-yupis”, “neo-poppis”... por no hablar de los nuevos indies que vienen pisando fuerte y que perdónenme la ignorancia, todavía no sé muy bien de lo que van.
Todos estos “seres y estares” tienen su fachada, sus creencias, sus principios, ideales... (digo yo que los tendrán). Lo que resulta realmente patético es ver a un “pijo” disfrazado de “hippie”, o a un “poppi” con aires de “yupi”.

Pero, qué tienen en común todas estas tribus de nuevos “neo” que en el fondo no hacen sino reinventar un universo que ya existe, (ya saben ustedes: nada se crea, ni se destruye; todo se transforma), aparte de que sólo son “maneras de vivir”, maneras de integrarse en la sociedad para no quedarse solo. Formas de sentirse acompañado, modos de repartir la soledad entre aquellas pocas cosas que se pueden compartir con gentes que son, -si no se disfrazan y ocultan mucho- parecidas a ti (y digo parecidas porque no hay dos seres y estares iguales).
Pero al margen de estas distintas maneras de vivir que comparten las tribus hay algo más por lo que luchan todos, la todopoderosa “INDEPENDENCIA”.
Pobres ilusos, ya se pueden olvidar de ella si quieren. La independencia es simplemente un imposible. Nadie puede ser independiente, sencillamente porque siempre estaremos dependiendo de algo y de alguien, (material o inmaterial, tangible o intangible, pero siempre dependiendo).

Toda la vida luchando para conseguir la independencia y ahora me doy cuenta de que dependo de un montón de cosas: dependo del recuerdo de aquel affaire, de una buena charla con Carmen, de un ‘te quiero’ de Marta, de un mensaje de Fina Mari, de un abrazo de Jam, de aquel viaje a París, -que nunca hice- con una persona que nunca conocí.
Dependo de un rato en el parque con los sobrinos, del coñazo que dan los padres a todas horas, de los amigos que se fueron (¿por qué yo no supe estar?), de las horas muertas contemplando el horizonte con millones de pensamientos.
Dependo de la “Sinceridad”, de la “Soledad”, de la “Esperanza”, de los “Sueños”, de la “Bohemia”, de la “Cobardía”; pero también dependo de quien se atreva a entrar ahí y compartir conmigo todo eso.

Dependo de la música, de la lectura, de una noche de borrachera con el amigo Riki, de un paseo con mi madre, de un ‘te quiero’ de mi padre que nunca llega, del “sexo, las mentiras y el silencio”, de mis “Defectos personales”, de todos los que redactan las leyes, de los niños chinos que me hacen la ropa...
Dependo de aquellos que defienden ‘un comunismo contemporáneo’, pero también de la oposición: fachas y sociatas (más fachas al fin y al cabo).
Dependo de un consejo “del primo”, y me preocupa porque cada vez charlamos menos y cuando nos vemos solo hablamos.

Pues sí, dependo del pan y de las rosas, del mamoneo de los periódicos, del hip-hop, del funky, del jazz, del blues y del punk, aunque bueno, termino antes si digo que del rock. Dependo de que alguien me dé un abrazo de cuando en cuando y si puede ser a menudo mejor; de los besos, de las caricias, de las sonrisas...
Pero también dependo de las ilusiones y de la esperanza: de ser padre, de trabajar en un medio de comunicación que se ocupe de otras cosas; de lo que nadie se ocupa, -sin que nadie, excepto yo, lo mediatice-, para poder hacer mis retratos y escribir de música, poesía, letras y otros sucedáneos de diversión. Diversión para todos aquellos que piensen que la vida ya es bastante complicada como para complicarla todavía más con corrupción, muertes y agonía mientras te tomas un café tranquilamente con los colegas. Dependo de la ‘sagrada familia’ que me gustaría formar.

En fin, por si no lo saben todavía, yo soy uno de esos “neo” que antes buscaba la INDEPENDENCIA, pero ha descubierto que, se encuentre aquí o allá, siempre será DEPENDIENTE de alguien y de muchas cosas, porque si no, ¿qué sentido tiene todo esto?

2 comentarios:

  1. La verdad, no creo que todos esos "neos" que tú comentas busquen la independencia en sus ideales o en sus pintas, sino más bien todo lo contrario: Uno siempre necesita apoyarse en algo, como tú bien dices, y más en ciertas etapas de la vida. Igual buscan una cosa y obtienen justamente lo contrario, de forma inconsciente.

    ¿Por qué ocurre esto? Seguramente porque tenemos miedo de encontrarnos solos con nosotros mismos, porque en realidad nos desconocemos, porque si te privan de tu pareja, tu familia, tu trabajo, tus credos, tus ideologías, tu forma de vestir y de pensar... ¿qué queda de ti?

    No veo que sea una cuestión de dependencia, sino más bien de que tienes una vida para desarrollarla como quieras y para disfrutarla con quien desees (tú ya has listado tus preferencias), pero no me gustaría pensar que dependo de esas cosas. Porque el tiempo barre con todo y si te arrebatan lo que consideras una pata de tu vida, al final resulta que quedas cojo para siempre.

    Un saludo Gerard.

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  2. Ciertamente, el mundo está lleno de personas cojas.
    Un saludo, espero que nos veamos pronto y en los bares, como siempre.
    Gracias por comentar

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